17 septiembre 2011

ENSOÑACIONES

Este viento nocturno te trae de nueva cuenta hasta mis brazos temblorosos, con todo tu bagaje de dudas y emociones, de sabores y olores, mientras sostienes bajo tu brazo derecho todas tus maletas, que intuyo viene repletas de recuerdos y de imágenes, de parques desolados de promesas, con prendas que te arrebaté o quise hacerlo, en fin, con tantas cartas que te escribí que ahora escapan a mi memoria el detalle de cada una de ellas.

Ahora que el viento te ha hecho resurgir desde la parte mas recóndita de mi corazón, quiero observarte solo como eres, con todos tus cabellas, tus distintas pieles y todos tus rostros. Y un sentimiento se mueve en mi interior, brota de mi pecho todo el amasijo de nostalgias cuando acerco tu presencia, tu figura y el arquetipo que representas.

En tus rostros puedo ver que eres el primer beso bajo tu anochecida puerta en aquellos lejanos días, en los resplandores de mi juventud; que eres las ganas de conocer la novedad de descubrir bajo tu palidez el encuentro de dos almas en formación, el resplandor de dos pezones rosas que agurdaban, solo aguardaban; que eres la proximidad a la intelectualidad que quiero a mi lado, en la que encuentro cierto espejismo narcisista; que eres el blanco cuerpo con el que deseo, infortunadamente, despertar todas las mañanas después de haber comido tu cuerpo; y que eres la esperanza de un nuevo sentimiento que hizo germinar en mí aquella semilla que creí pedida para siempre en los rincones de mis abismos.

Aunque esta noche me haya perdido en los recuerdos y ensoñaciones que me provocan tus múltiples formaciones, tengo que agradecer a la imaginación y la prosa por permitirme unicr los ecos y fantasmas nostálgicos que me pueblan, por permitirme amalgamar todas mis mujeres en una sola, aún cuando solo sea en este papel....